
La meditación como una práctica muy antigua y natural del ser humano.
Para niñ@s que al igual que los adultos, tienen necesidad de conectar con su centro y encontrar un espacio de silencio. También ell@s tienen su sentido de la espiritualidad, su curiosidad innata de querer saber “quién habita dentro”.
Una práctica que poco a poco y sin forzar, les puede llevar a comprender mejor la mente y a hacerla un instrumento más ordenado y amable para la vida diaria.
Creo que para todos los niñ@s será de utilidad, como complemento a la meditación, pero también como acceso a la misma, empezar por aprender y practicar algunas posturas de yoga y algunos ejercicios respiratorios sencillos.

Gigi C. Rojas
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