
El Tai Chi Chuan (太極拳) es un milenario arte marcial chino, un sistema que combina ejercicios corporales respiratorios y mentales; se ejecuta de manera suave y lenta, lo que permite el desarrollo de la relajación, la concentración mental, la coordinación y una respiración consciente y profunda; sus beneficios son multiples, variados y accesibles a todas las personas de cualquier edad y capacidad física. Estos ejercicios están basados en los conceptos de salud de la medicina tradicional china (MTC) y ayudan a la circulación de la energía vital (Chi o Ki) a través de los canales de energía distribuidos por todo el cuerpo (Meridianos), actuando como una forma de auto masaje de gran efectividad en los órganos internos, el sistema muscular, la estructura ósea y el sistema nervioso. Por una parte sería muy provechosa para la salud, mientras que por otra constituye una técnica de meditación (meditación en movimiento).
Bueno, tras la parte más técnica y descriptiva del Tai Chi paso ahora a contaros mi experiencia personal en la práctica de esta maravillosa disciplina marcial. Estaba buscando alguna forma de combinar arte marcial y mantenerme en forma cuando llegué a encontrar a mi maestro, Alberto Talavera, con el que estuve más de 8 años de práctica de la forma de 108 movimientos del estilo yang tradicional. Seguidamente continué aprendiendo otro nuevo estilo llamado Liu He Ba Fa (Lok Hup) literalmente las seis armonías y los ocho métodos. Ambas son formas de manos vacías. Tras varios años de práctica decidí empezar con armas y aprendí la forma de 24 movimientos de espada estilo yang y la forma de 56 movimientos de abanico con mi otra maestra Esther de la Morena. Con el paso del tiempo me prepararé como instructor para principiantes de Tai Chi y comencé a dar clases a un grupo en Tánger (Marruecos) durante casi año y medio. Ahí me di cuenta que me encantaba enseñar esta disciplina que tanto me ha aportado desde el principio. Soy una persona poco paciente y no consideraba que dar clases fuera con mi personalidad pero mi sorpresa fue grande cuando desde el principio todo fluía fácil y suave. El tiempo se detiene y las horas se me hacen muy cortas. Lo que haces con pasión se transmite y se nota. Todo esto y más me aporta la práctica del Tai Chi, si quieres probarlo por ti mismo sólo tienes que solicitar una cita.
Raúl Senko
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